Antes de que los neurocientíficos lo confirmaran, ya se notaban los beneficios de la lectura, tanto para los niños como para los adultos de toda edad.
Entre los muchos beneficios de hacer de la lectura un hábito, se encuentran los siguientes, que cualquiera puede comprobar:
* Estimula el cerebro, la atención, la memoria, el entendimiento, la capacidad de concentrarse y de permanecer tiempos cada vez más largos con una misma actividad.
* Moviliza las emociones y la empatía, a través de los personajes de sus lecturas y lo que piensan, sienten, hacen y les ocurre. Les ayuda a ser más flexibles y abiertos a las diferentes formas de ser, pensar, vivir...
* Aumenta considerablemente la cantidad y calidad de su vocabulario, las diferentes acepciones de las palabras, expresiones, dichos, estructuras gramaticales y semánticas. Y hace que tengan lugar más pronto. Todo ello al igual que las conversaciones que los padres mantengan con ellos.
* Potencia la imaginación, las relaciones entre las cosas, la creatividad. Pueden llegar incluso a crear sus propios cuentos, sus propias historias, y a pensar diferentes alternativas de desarrollo y de final de lo que leen.
* Fomenta la curiosidad y ganas de aprender. Alimenta sus inquietudes, sus preguntas y búsqueda de respuestas. Cuanto más leen y aprenden, más pueden querer leer y aprender.
* Les permite descubrir, conocer e imaginar cosas, lugares, personas y sucesos que quizá nunca lleguen a ver o conocer personalmente en su vida.
* Puede ser un gran placer, no sólo el desenlace, sino el camino, la lectura de cada página, de cada suceso. Puede llegar a ser una pasión muy positiva y bienhechora.
* Potencia la paciencia para leer cada vez más páginas hasta llegar a los desenlaces.
Por todas estas razones -y seguramente algunas más-, está claro que leer con frecuencia, regularidad y perseverancia enriquece bastante la vida de quienes leen, y que es mucho más que un entretenimiento.
Y, consecuentes con todo ello, intentamos inculcar a los niños el hábito de la lectura para que los acompañe y se beneficien de ella durante toda su vida. ¿Cómo hacerlo?
Pues la mejor manera de empezar es el ejemplo, que vean en su casa muchos libros y a sus padres leyendo de forma habitual. También ayudará llevarlos de vez en cuando a bibliotecas infantiles, librerías, ferias de todo tipo relacionados con los libros (Día del Libro, etc.).
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