Hace escasos días el Ministerio de Sanidad ha hecho suya la recomendación
de la Sociedad Española de Epidemiología y ha establecido que quienes hayan
nacido después de 1970 y que no se hayan vacunado o no hayan
padecido el sarampión deben ser vacunados. De esta manera, quedan obligados
a acudir a su centro de salud para ser vacunados todos aquellos
que tengan entre 40 y 50 años si no están seguros de haber recibido las dos
dosis necesarias de la vacuna o no han tenido el sarampión. Y podría no ser la
única medida que se adopte, ya que en la Comisión de Salud Pública del
Ministerio se está discutiendo con las comunidades autónomas implementar otras en el Plan de Prevención Contra el Sarampión.
Un informe de la OMS sobre
53 países indica que cuatro países han perdido el estatus de
haber erradicado la enfermedad (Reino Unido, Albania, República Checa y
Grecia), mientras que otros dos (Austria y Suiza) lo han conseguido. En lo que
se refiere a España, la OMS dice que es un país libre del virus del sarampión y
se ha especificado que los 233 casos de sarampión confirmados en España entre
el 1 de enero y el 21 de julio de 2019 son "casos
importados o secundarios a éstos" y la transmisión "se ha
interrumpido con facilidad".
El retroceso que está habiendo en el control
de enfermedades para las que existen vacunas es culpa de los antivacunas y de
quienes los siguen. Por ello, no nos cansaremos de insistir en que en las
cosas de salud, como en casi todas, y más cuando pueden afectar a toda la
sociedad, hay que seguir los consejos de quienes más saben sobre ello, en este caso la
comunidad científica, en la que además hay un casi unánime consenso. Y creemos
que la historia deja bien claro, aunque los antivacunas y sus seguidores no lo
quieran ver, que las vacunas han salvado muchas vidas, pues a partir de su
aparición cambió radicalmente la tendencia de número de afectados y muertos.
La Asociación Española de Pediatría indica en su web que el calendario de
vacunación en España incluye la triple vírica (sarampión, rubeola
y parotiditis) con dos dosis: una a los 12 meses y otra a los 3-4 años de edad;
y para cualquier edad: 2 dosis, con un intervalo de un mes como mínimo entre
ambas (con muy pocas contraindicaciones, siendo el embarazo una de ellas).
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