Emergencia sanitaria por sarampión en Nueva York

Niña con sarampión

     Una emergencia sanitaria por epidemia de sarampión acaba de ser declarada en Nueva York, más concretamente entre las comunidades judías ortodoxas instaladas en Brooklyn. En pleno siglo XXI, sobradamente comprobada la conveniencia de las vacunas gracias a Pasteur, Jenner y otros, contra enfermedades que gracias a ellas estaban superadas o controladas y que han reducido extraordinariamente el número de muertos, todavía hay personas y grupos que no quieren entenderlo, ya sea por unas razones o por otras pero contra toda evidencia científica, y que prefieren arriesgar la vida de los suyos y la de los demás y seguir viviendo en la Edad Media.

     Se señala como impulsora de la epidemia, que la ciudad padece desde octubre pasado, a una publicación que anima a sus lectores a no vacunarse, afirmando que las vacunas tienen "ADN de mono, rata o cerdo", todo ello prohibido para el consumo de acuerdo con la ley dietética kosher, que siguen los judíos.

     En dicha publicación, que "se ha convertido en uno de los principales vehículos de desinformación entre grupos ultraortodoxos", hay también falsas advertencias de que las vacunas causan autismo, algo ya negado rotundamente y hasta la saciedad por la comunidad científica pero que algunos sin fundamento también se niegan a aceptar.   Haciendo caso omiso a la legalidad sanitaria y a los expertos científicos, la comunidad judía de Brooklyn sigue creyendo que "no hay mayor amenaza para la salud pública que las vacunas", cuando es justamente lo contrario: LA MAYOR AMENAZA ES NO VACUNARSE.

     Según New York Times, más de 400 casos de sarampión han sido confirmados en Nueva York desde el pasado octubre, la mayoría de ellos entre los miembros de la comunidad judía.

     Como consecuencia, y ante el evidente peligro para toda la colectividad, el alcalde de Nueva York ha declarado el pasado martes la emergencia sanitaria y quienes no estén vacunados tendrán que inmunizarse con la inoculación para "proteger al resto de la comunidad y ayudar a reducir la epidemia". Así, será obligatorio inyectarse y se revisarán las cartillas de vacunación de quienes hayan estado en contacto con personas afectadas y, quien no esté vacunado, tendrá que hacer frente a una multa de 1.000 dólares. También se ha prohibido acudir a la escuela a niños no vacunados en algunas zonas de la ciudad.

     "No hay duda de que las vacunas son seguras, efectivas y salvan vidas. Urjo a todo el mundo, especialmente a aquellos en las áreas afectadas, que se inoculen para proteger a sus niños, familias y comunidades", afirmó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.

Louis Pasteur

     Informa la Alcaldía que aunque, afortunadamente, no ha habido muertes, sí que se han producido complicaciones, con 21 hospitalizaciones y 5 ingresos en la Unidad de Cuidados Intensivos.

     De Blasio ha seguido la iniciativa del Condado de Rockland, al norte del estado de Nueva York, que hace dos semanas prohibió a los jóvenes sin vacunar la entrada a los espacios públicos, como parques infantiles, medida que surgió como respuesta al brote de sarampión en la zona, con 161 casos detectados en una población de 300.000 personas, especialmente entre la población ortodoxa.

Edward Jenner

     Queremos recordar, como continuación a nuestro anterior artículo sobre las vacunas, que, si bien con la vacunación podría darse algún caso de mal resultado, el peor resultado, que podría llegar a ser inmensamente peor, está asegurado en caso de que la población o parte de ella no esté vacunada. No hay más que ver lo raro que es desde hace muchos años la noticia de que alguien muera por las enfermedades para las que hay vacunas y se usan, cuando tiempo atrás moría tanta gente.

     También queremos incidir en nuestro criterio de que, como en todas las cosas, hay que guiarse por las personas o grupos que más saben, que en este caso son los científicos especializados en vacunación, sus efectos y resultados. Y hay un consenso bastante amplio en que hay que vacunarse si no se quiere estar en peligro ni poner en peligro también a los demás. No hay nada en que el riesgo sea cero, pero los datos estadísticos y la historia son clarísimos.

      Y recordar la definición de ciencia, en contraposición a creencias infundadas: ciencia es la rama del saber humano constituida por el conjunto de conocimientos objetivos y verificables sobre una materia determinada que son obtenidos mediante la observación y la experimentación, la explicación de sus principios y causas y la formulación y verificación de hipótesis, y se caracteriza, además, por la utilización de una metodología adecuada para el objeto de estudio y la sistematización de los conocimientos.